Capitulo 2
El coche robado
Eran ellos, llegaban en un
típico coche de policía local. Aparcaron justamente a mi lado y se bajaron,
eran dos hombres vestidos correctamente con el uniforme.
El primer hombre, tendría
unos treinta y ocho años, pelo moreno y ojos verdes. El segundo hombre que bajó
del coche se acerco a mí, con las manos en el cinturón y esas gafas tipo
Ray-Ban aviador que le quedaban tan sumamente bien. Tenía una sonrisa preciosa.
- Buenos días, ¿es usted la
que nos ha llamado?
- Sí, pero eso de usted creo
que no es adecuado en mí.- le dije con una risita.-
- Disculpe señorita, ¿me
puede decir exactamente lo que ha pasado?
- Claro, verás, mientras me
dirigía de camino a la piscina, me encontré este coche solo y con las llaves
puestas, le dije a un señor que si este coche era de esta zona y me dijo que
no, por lo tanto les llamé.- le dije muy segura.-
- Muy bien, espere aquí
mientras reviso el coche.- responde él sonriente.-
Mientras él buscaba pistas
por el coche, el otro agente de los ojos verdes y yo nos quedamos mirándole,
pero sin que él se diera cuenta yo me fijé en una placa que ponía el nombre de
un tal Roberto. Suponía que así era el nombre del propietario de este coche,
así que con toda tranquilidad solté:
- Me parece que el
propietario de este coche se llama Roberto.- le insinué al agente que estaba a
mi lado. Él también se fijó en la placa y dijo:
- Sí, yo también creo que
Roberto puede ser el propietario.- dijo guiñándome un ojo. El policía de las
gafas se giro en torno a nosotros y dijo:
- ¿Cómo lo sabéis?- nos miro
asombrado.-
- Mira.- le señale la placa
donde estaba el nombre del chico.-
- Que dos listillos…- y nos
dirigió una sonrisa de ironía.- Pero yo creo que este coche es de una chica.-
me dijo.-
- Perdona, pero este coche
nunca lo podría llevar una chica por tres razones. La primera, este asiento
esta echado hacia atrás, las chicas no lo solemos tener así. La segunda razón,
esas gafas que están en la guantera son de un tío, y la tercera y doy por
finalizada, en el maletero hay una caja de herramientas, la mayoría de las
chicas no sabemos utilizarlas. Yo digo que debe ser un coche robado- él me miró
asombrado por mi forma de deducir las cosas.-
- Guau, esta hecha toda una
policiaca, nos vendrías bien en nuestra comisaria.
- Me hubiera gustado ser teniente
de la Guardia Civil
pero debido a mis problemas de salud, no puedo serlo.- le dije con tristeza.-
El chico de gafas llamó a la central de donde tenían todos los datos y
efectivamente, era un coche robado, se dedicaban a pasar droga de un pueblo a
otro.
- Bueno, compañero, tendremos
que invitar a esta chica resuelve casos a un café, ¿no?
- Estoy de acuerdo contigo.-
y se chocaron la mano.-
- Oye, ¿me podrías dar tu
número de teléfono para invitarte a ese café?
- ¿No eres policía?,
averígualo. – le dije con una sonrisa y me fui.
Continúe mi camino a la
piscina, de no haber sido por encontrarme el coche robado, ya hubiera estado,
pero ¿y esa sonrisa? Dios mío, que chico más guapo, que bien le quedaban las
gafas, olía tan sumamente bien y el uniforme le quedaba espectacular.
Por fin, termine de hacer
unos largos por hoy, voy a vestirme. Salgo con el móvil en la mano y me dirijo
a la cafetería a por algo de beber y comer, ¡tenía un hambre!
Adquiero la comida y me
siento en una mesa libre que veo, cojo el vaso de Coca-Cola y le doy un sorbo
mientras reviso mis Whatsapp, dos mensajes de Marina confirmando la ida de esta
tarde con ella, otro de Nat deseando de verme y el tercero, que raro, no
conocía el número, abro el mensaje y leo :
Hola
chica policía, me preguntaba si aún querrías ese café, un saludo ;)
Atónita, recogí las cosas lo
más rápido que pude y salí pitando para mi casa, aún no me podía creer que me
haya localizado, será verdad que el destino existe.